martes, 16 de noviembre de 2010

Estudiantes de pie

La protesta de los estudiantes secundarios de Córdoba tuvo inició el 29 de septiembre con la toma del Colegio Jerónimo Luis de Cabrera, al cual se le fueron sumando otras instituciones educativas como el IPEM 270 “General Manuel Belgrano”, IPEM 138 “Julio Argentino Roca”, el Instituto Educativo Córdoba (IEC), Instituto Superior de Comercio “Manuel Belgrano” y el Colegio Normal Alejandro Carbó. En consonancia, otras escuelas no tuvieron clases y permanecieron en asambleas generales y permanentes.

Pero el reclamo estudiantil había comenzado ya en Buenos Aires, con la toma de aproximadamente 30 colegios de Capital federal, con una duración de unos 40 días, donde se buscaba lograr fundamentalmente refacciones edilicias y aumento de inversión. Aquí en Córdoba la protesta empezó por el mismo motivo, pero no el único, ya que también se sumó el rechazo a las leyes de educación que se vienen promoviendo desde la provincia y la nación. Es decir, las acciones de los estudiantes cordobeses se fundamentaron en tres cuestiones básicas: primero, el rechazo al proyecto de Ley de Educación Provincial y la petición de un proceso participativo y democrático para la elaboración de un nuevo proyecto de ley que abarque los intereses y voluntades de la comunidad educativa; segundo, el aumento de presupuesto para instituciones educativas en general, de manera que satisfagan las exigencias en materia edilicia, sanitaria, de calidad educativa y salarial (la agrupación de estudiantes “Secundarios Arriba” aseguró que la infraestructura de los colegios “no es ni siquiera suficiente para el dictado de clases y menos para la permanencia de los alumnos en las instituciones”); tercero, la demanda de anulación de la Ley Superior de Educación (ley nacional) y el inicio de un proceso participativo y democrático para la elaboración de una nueva ley. Por supuesto, a estas cuestiones macro, cada institución educativa fue sumando propuestas y reclamos propios.

A medida que fue pasando el tiempo, más escuelas e incluso facultades y terciarios se fueron sumando a la lucha. Así también se tomó, en Ciudad Universitaria, la Facultad de Filosofía y Humanidades, Casa Verde, los pabellones Francia y España, y la Escuela de Trabajo Social; y, en Ciudad de las Artes, la Escuela de Artes Lino Spilimbergo, de Bellas Artes Figueroa Alcorta y de Teatro Roberto Arlt. Pero el apoyo hacia los estudiantes secundarios que iniciaron el proceso no sólo quedó allí, sino que también recibieron aliento de profesores, padres, agrupaciones políticas, y demás asociaciones civiles. Por otra parte, desde el Ministerio de Educación se intentó llegar a un acuerdo para desarticular y frenar la protesta estudiantil que cada vez se estaba haciendo más extensiva. Luego de varias reuniones entre el ministro de educación Walter Grahovac y los representantes de los distintos colegios, en el que nadie parecía conforme con las promesas de mejores edilicias, se logró llegar a un acuerdo. Progresivamente fueron levantándose las tomas e reiniciando el dictado de clases, bajo la presión ejercida por la disposición de colocar faltas masivas en caso de que las mismas continuaran.

Pero más allá de las promesas de refacciones, el movimiento estudiantil siguió luchando por las reivindicaciones con respecto a las leyes de educación, principalmente la provincial ya que el proyecto de Reforma de la ley 8113 está próximo a entrar al Senado para ser aprobado. En este marco se vienen realizando talleres culturales, clases públicas, discusión de la Ley en las aulas, marchas, radios abiertas, equipos de contra-información, así como otras actividades. Entre ella está la marcha que se llevó a cabo el día 21 de octubre para manifestarse en contra de la aprobación de una ley de educación que va en contra de la comunidad educativa así como de la sociedad en general. "Exigimos se nos dé el tiempo suficiente para discutir profunda y seriamente un nuevo proyecto de ley que no responda a los intereses de las empresas y la Iglesia católica", señaló un comunicado de la Asamblea Interestudiantil. La concentración en Colón y General Paz a las 17 horas estaba convocada por los estudiantes desde hacía una semana atrás. Debido al asesinato del joven militante del Partido Obrero, Mariano Ferreyra, sucedido en una protesta de los trabajadores ferroviarios en Buenos Aires, un día antes de la misma, a ésta también se sumaron partidos, agrupaciones políticas y gremios, entre los que destacaron la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) y la Asociación de Docentes e Investigadores Universitarios de Córdoba (Adiuc). Asistieron también padres y docentes de las distintas instituciones educativas, y se calcula que unas 12 mil personas participaron de la manifestación (según datos de la organización estudiantil “No Pasarán”). La misma se dirigió a Casa de Gobierno, dónde se realizó un acto, pero no sin antes detenerse frente al edificio de la Policía Federal para repudiar el accionar policial en los actos ocurridos en la capital nacional.




Ruido, cooperación y organización









Frente a la sede de la Policía Federal expresando repudio por
el accionar de los uniformados en el asesinato de Mariano Ferreyra.