Ser o no ser…

La única mujer en medio de 5 varones. En tonos cómplices comienzan a tirar chistes machistas como “¿Qué tienen en común las mujeres y el pescado?...que lo único que no sirve es la cabeza…”. Todos ríen en la ronda del chiste, salvo yo, por supuesto. No me parecía gracioso que después de tanto tiempo, de tantas conquistas logradas por las mujeres, todavía hoy se siga tomando de punto a este género. Porque todos los chistes que circulan socialmente son sobre nosotras. Es bastante raro escuchar a alguien burlarse de un hombre. ¿Y porque? ¿Si esta es -teóricamente- una sociedad no discriminatoria? Ya sé, es bastante raro que en una reunión informal alguien se ponga a pensar en eso, pero bueno, reparé en la diferencia.

Muchas veces he escuchado diversas concepciones en cuanto a lo que es ser “feminista”. Se lo suele relacionar con un movimiento social radicalizado en defensa de las mujeres, o como lo definen en Wikipedia “el Feminismo es un movimiento ideológico y político que aspira a una igualdad de los derechos de las mujeres con los de los hombres”, pero para mí el concepto no está limitado sólo a eso.
Según la enciclopedia más grande de Internet, “El machismo es el conjunto de actitudes y prácticas sexistas vejatorias (humillantes) u ofensivas llevadas a cabo contra las mujeres… El machismo engloba el conjunto de actitudes, conductas, prácticas sociales y creencias destinadas a justificar y promover el mantenimiento de actitudes discriminatorias contra las mujeres (y Homosexuales)”.

Sinceramente no es de mi agrado aquella definición de Feminismo en cuanto considerarlo un movimiento, pienso más bien que es una actitud y un estado de conciencia con que las mujeres, e incluso algunos hombres, promueven la igualdad de las mismas con respecto a aquellos. No tiene porque ser político, ni sustentarse en alguna teoría para considerar a una mujer como feminista, basta el deseo de no dejarse oprimir por un hombre que sostenga su género como una condición superior. Todos somos iguales y en eso se basa en feminismo.

El machismo esta naturalizado, tanto la denominación como la actitud, y se manifiesta de diversas formas. No es sólo en chistes -que están basados en una creencia real-, sino también en forma de violencia física y psicológica, pero mucha gente le da poca importancia al hecho ya que es algo común en la sociedad. A mí no me parece bien que el hombre abuse de su “superioridad” física para correr por toda una cuadra a su mujer porque no le gustó la comida que preparó.

Lo cierto es que debido a nuestra educación todos tenemos algo de machistas -incluso las mujeres- pero lo vemos “bien” o “gracioso” porque, como dije antes, es algo natural y familiar para nosotros. El problema esta cuando se va a excesos.
Por el contrario, muchas veces, la palabra “feminista” lleva connotaciones negativas y produce rechazo. La gente no se anima a decir “sí, soy feminista”, en cambio se dice tranquilamente y sin remordimiento “que machista sos”.

Como verán sí es irónico, en incluso gracioso, la inversión tal que lograron con tantos años de lavado de cabeza. Cómo trabajaron tanto en esa palabra –Machismo- que ya hasta pierde su verdadero significado si uno no se detiene a reflexionar, y cómo su opuesto es visto como el revoltoso agitador que viene a quebrar la “tranquila paz” que reina en nuestra sociedad, sólo por ser su antagónico.