Sábado a la tarde. Gente tomando mate, paseando al perro, jugando con niños en la Plaza Colón. Los autos transitando como de costumbre. Un par de policías custodiando la venta de entradas para el partido de Belgrano. Pero algo sale de lo habitual. Un grupo de chicos, varios en realidad, se van juntando y charlando ante el encuentro. Algunos llevan buzos de la promoción del último año del colegio.
A las 16:10 se comienzan a sentir un par de golpeteos que recuerdan a épocas primitivas y retumban en el pecho. Desde el colegio Normal Alejandro Carbó suenan cinco bombos como a llamando a una reunión, que efectivamente estaba convocada para los 16 horas. Entre tanto, adolescentes deambulan por el frente de la institución, y charlan con padres y amigos a través de la reja que los separa. Ésta es sólo física, ya que desde el miércoles ésta unidad académica (junto con el Jerónimos Luis de Cabrera, el Ipem 270, el Instituto de Enseñanza Córdoba, el Manuel Belgrano, el Garzón Agulla y el Ipem 48 Presidente Roca) permanece tomada por los alumnos, y cuenta con el apoyo de padres y algunos docentes. Así como de otros sectores educativos, como terciarios y universitarios.
Media hora más tarde, parece que empiezan a responder al llamado otras personas aparte de las que se fueron juntando en la Plaza. Custodiados por dos policías se avecina por la Avenida Colón un grupo de chicos docentes y padres, distinguidos por dos pancartas que informan que pertenecen a la Escuela Manuel Belgrano. Loas que ya estaban en el lugar de reunión empiezan a alborotarse, y responden y acompañan con bombos del Carbó, y megáfonos del lado de “afuera” a los cánticos que se aproximan: “A ver, a ver, quien dirige la batuta, los estudiantes o el gobierno hijo de puta”, o “A ver, a ver compañeros, hay que poner un poco más de huevo, la educación del pueblo no se vende, la educación del pueblo se defiende”.
Todos revolucionados y contentos por la llegada de más gente a la convocatoria continúan aplaudiendo y cantando al son de los tambores. Se concentran en plena Colón, y 4 motos policiales (dos de cada lado) comienzan a cortar la avenida. Se ve gente de todas las edades, colores y tamaños. Padres, docentes, alumnos. Adolescentes, adultos, y niños. Todos reunidos por una educación “libre, gratuita, laica y de calidad”, como indica un panfleto que entregan en ese momento.
A las 16: 40, otro grupo se aproxima entonando frases por la Colón desde el lado de General Paz. Al llegar el contingente de la Facultad de Filosofía a la masa reunida frente al Carbó, la excitación aumenta, y continúan los cánticos pegadizos: “Traigan a Sandobal para acá, ¿Para qué?, para que vea, que este pueblo no cambia de idea, pelea, pelea por la educación”, “Dicen que estamos de la cabeza, pero a los estudiantes no les interesa, vamos a seguir luchando para que exista una educación pública y gratuita. Más presupuesto para frenar el hundimiento!”.
Con cada grupo que se va sumando pareciera que los cantos y rugidos de los bombos y los megáfonos cobran más fuerza. Hay un ambiente de alegría, respeto y orgullo, que es apoyado por el paso de trolebuses y ómnibus que “bocinean” con conductores que agitan el brazo al ritmo de lo que sucede en la calle.
Cuarenta y cinco minutos después, continúan, con altibajos, charlando y cantando, sentados o parados, distribuyendo panfletos o no, esperando a que los estudiantes que se reunían en la asamblea inter-estudiantil de secundarios llegaran para comenzar el encuentro con los estudiantes universitarios, docentes, padres, y todos aquellos que se quisieran sumar. Por supuesto, los medios se hicieron presentes, tomaron un par de imágenes, hicieron un par de mini entrevistas y se retiraron sin ver empezar la asamblea, conformes con el “pucho” de información que recogieron. Se vio al canal 12, 8 y 10, así como filmadores y cámaras de fotos particulares que intentaban conservar el importante momento.
Casi a las 6 de la tarde empezó la asamblea en la Plaza Colón, luego de un momento de tensión entre grupos universitarios y secundarios por el lugar a dónde la misma se realizaría (si en la calle cortada o en la plaza). Se leyeron múltiples manifiestos y comunicados de prensa, y expusieron sus ideas cerca de 20 personas del ámbito educativo sin tener restricciones ni preferencias, con total respeto y atención.
A medida que fue cayendo la noche y el frío comenzó a aflorar empezaron a retirarse algunas personas, pero la mayoría permanecía sentada escuchando y opinando sobre las palabras de los disertantes. Cerca de las 20, con las luces y la fuente de agua de la plaza como testigos y los abrigos como consuelo, se realizo la votación y se definieron los pasos a seguir, dando por finalizado el encuentro. Algunos se quedaron reunidos, otros emprendieron la retirada en grupos o en soledad, llevando las banderas, y otros, aguardaban noticias a través de las rejas, preparados para pasar otra noche más en el colegio.
El reclamo de los estudiantes secundarios, al cual se continúan sumando instituciones del mismo nivel, y de otros como universitarios, terciarios, docentes, así como agrupaciones civiles, e instituciones privadas, se resume en 3 puntos:
- Rechazo al proyecto de ley de educación provincial y petición de un proceso participativo y democrático para la elaboración de un nuevo proyecto de ley que abarque los intereses y voluntades de la comunidad educativa.
- Presupuesto para las escuelas provinciales y nacionales (Instituciones educativas en general podría yo en este momento en el que el reclamo se ha ampliado), de manera que satisfagan las exigencias en materia edilicia, sanitaria, de calidad educativa y salarial.
- Anulación de la Ley Superior e inicio de un proceso participativo y democrático para la elaboración de una nueva ley.
Por supuesto que se van adosando reclamos particulares, y a medida que avanza el conflicto van surgiendo nuevos hechos e informaciones de importancia.