El trasporte público. ¡Qué tema! Soy usuaria regular de la tan valorada y prestigiosa empresa Transporte Automotor Municipal Sociedad del Estado, más conocida como TAMSE. Tomo cada día la línea transversal por cuestiones económicas, ya que si bien tengo otras posibilidades pero son bastante caras, y más con el aumento que comenzó a regir desde hoy para el transporte interurbano. Entonces, mi situación, como la de mucha gente, hace que elija o deba elegir forzosamente el transporte público de Córdoba.
Es de generalizado conocimiento, y padecimiento, la brutalidad con las que conducen hoy en día los choferes de la ciudad. Cada dos por tres escucho quejas o debo realizarlas porque nos llevan como “ganado”, o porque viajamos en una “lata de sardinas” comprimida. Pero bueno, ya estamos acostumbrados. No podemos hacer nada. Sólo aceptar y pagar cuando nos dicen que nos aumentan el cospel para solventar el servicio, o para realizar mejor, para incorporar unidades.
Mentira! Primero, ya no usaría la palabra servicio para hablar del “servicio de trasporte”. Este término me hace pensar en cuestiones positivas, lo asocio con la palabra servicial, y por ende con confort. Nada de eso hay en el trasporte de Córdoba. Más bien diría “prestación” de transporte. Chau servicio. Es algo “prestado” –no regalado por lo pagamos, y cada vez más caro-, algo que se da porque ya no sirve, algo que casi se desecha, algo que ya no es necesario y que se brinda para que no moleste –en este caso para que los usuarios no molesten-. Es decir, es un desastre la situación que día a día vivimos los usuarios de la prestada transportación en el formula uno gigante que corre por la ciudad.
Aclarado que no es un servicio, habría que decir que las mejoras en la prestación no se ven todavía, ¿no? Están cobrando más caro el boleto, quieren otro aumento y la calidad del trasporte es la misma. Parece que en nuestra sociedad a todo hay que pagarlo por adelantado, como a los medidores de agua que se cobran desde junio-julio en la boleta de Aguas Cordobesas, pero que todavía no han sido colocados. Agregado a que se viene otro aumento y nosotros seguimos tomando agua con un gusto y un olor horrible! Más potable imposible! Para las empresas, ¿no? Porque para los consumidores-usuarios el negocio no cierra. Por ningún lado.
Volviendo al mal servicio. Lo voy a ejemplificar. Línea T1. Frecuencia: 1 HORA. Días de funcionamiento: LUNES A VIERNES hasta las 9 de la noche; SÁBADOS medio día; domingos no, gracias. Más allá de esto. Como nadie suele esperarlo por su tan amplia frecuencia, el colectivo suele ir con poca gente –los pobres que lo necesitan-, lo que al parecer genera cierta excitación en los choferes, porque realizan una carrera contra reloj hasta Ciudad Universitaria. Agarran los baches –oootro temaaaa para Giacomino y Schiaretti -, las lomadas, badenes o lo que sea como vienen: al mango. Los pasajeros a las zangoloteadas, golpes y saltos, atrás, en el fórmula uno.
También hay choferes que toman al colectivo como si fuera su auto particular. Es el caso de uno de ellos, del T1, que está en el horario siesta-tarde. Como su mujer –novia, amante, pareja o lo que sea- trabaja en una de las calles de su recorrido, él suele pasarla a buscar, ir a dos por hora para charlar y besuquearse con ella. Para en la esquina de dos transitadas calles para barajarla, aunque no haya parada ahí, y por más que se coma los bocinazos de los de atrás. Hay sin ir más lejos, paró para recibir un paquete de ella y un beso para continuar con su trabajo. Otras veces, cuando no es la mujer, es la parada en el kiosco para comparar algo, casi en pleno centro! Ni que fuera tu auto! No te hagas drama, los que tomamos el colectivo y tenemos que cumplir horarios te hacemos la gamba, manejalo vos!
Siguiendo con el descargo. Ciudad Universitaria, T1 único colectivo que desde mi barrio llega hasta allá. Facultad, salida. Tengo que esperarlo, o ir hasta el centro. Varias veces lo esperé y NO PASÓ NUNCA! Ni si quiera a la hora. (Bueno, me olvidaba, los colectivos suelen romperse con mucha frecuencia, y por ende por ahí la espera es de dos horas o más. Parece que en esta línea sólo hay 3 coches disponibles. Imagínense el “servicio”.) De ahí la falta de pasajeros, la falta de rentabilidad de la línea: nunca pasa! Y cuando alguna “pobre” persona necesita de este transporte lo espera en Ciudad Universitaria, y ahí otro problema: cuando pasa, sigue de largo, NO PARA. Tan acostumbrados están los choferes a no recoger a nadie en la zona que ni se fijan si alguien los espera, por lo tanto dejan a las personas con el brazo levantando, esperando, y pasan a toda velocidad, despeinando pelucas y volando vestidos.
En resumen, más allá de mi ejemplificación con lo que vivo cada día con TAMSE –que pronto deberá dar ante la justicia por las rendiciones adeudadas-, hoy el “servicio” de transporte es un desastre, y los colectiveros andan como endemoniados por las calles de la ciudad. Ya a nadie le importa el usuario, mientras pague, y siga pagando, sin quejarse todos los aumentos que se vienen. Pero siempre para mejorar el servicio, claro; y para hacer felices a los choferes que andan juntando margaritas durante el recorrido, con el arco iris de fondo, o con los besos de su amada como compañía.
Cuestiones para ver:
http://www.lavoz.com.ar/noticias/politica/tamse-adeuda-rendiciones-por-615-millones